miércoles, 19 de junio de 2013

La paradoja político-deportiva

La educación deportiva funcionaba en Catalunya la mar de bien. Las federaciones organizaban sus cursos de entrenadores de forma autónoma y con un nivel formidable. Los técnicos catalanes han sido referencia histórica en el deporte español y europeo.

Un día llegó un partido de siglas ERC a controlar el depatamento de Cultura y Deportes. Y decidió que el sector necesitaba una regulación y unificación. Todos los títulos de entrenador deportivo pasaron a tener una rama troncal impartida por la recién creada Escuela Catalana del Deporte. También se creó un Registro de Profesionales del Deporte, de obligada inscripción si querías ejercer. Un entramado burocrático-legislativo de dimensiones colosales. Para mejorar algo que era casi perfecto.

Pues un día ese partido dejó el departamento. Y el Ministerio de Cultura decidió que no podía estar Catalunya al margen del resto del Estado. Y decidió unificar criterios. Pero sin demasiada convicción. Presentó un proyecto de ley, que al recibir las alegaciones de las innumerables federaciones, ahí se quedó. Y la ley catalana derogada.

Total, que en Catalunya llevamos tres años sin poder realizar cursos de entrenador, pero con la obligación de tener el título para ejercer. Un pez que se muerde la cola y que obliga a estar en la ilegalidad a todos los que se incorporan a esta apasionante y necesaria actividad de enseñar deporte.

Y nadie dice ni pio de este tema. Bochornoso, pero poco jugoso en los tiempos que corren. ¿Y quien paga el pato? Los de siempre: los niños, que han pasado a recibir formación de personal nada cualificado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario